La 'operación Valls' acaba en una debacle electoral

Candidatura de Manuel Valls en 2019 / Foto: betevé

La 'operación Valls' en Barcelona acaba en una debacle electoral

Valents y Ciutadans, herederos de la coalición electoral que encabezó el exprimer ministro francés en 2019, no obtienen representación en el Ayuntamiento

La alianza liderada por Valls estaba condenada al fracaso desde el minuto uno: ha encadenado un despróposito tras otro durante cuatro años hasta desaparecer del panorama político barcelonés

La operación Valls en Barcelona ha acabado con una debacle electoral. La primavera de 2018 Albert Rivera anunció que su apuesta para la alcaldía de Barcelona en las municipales de 2019 era Manuel Valls. Cinco años después, y tras las elecciones de este 28 de mayo, no quedará ni rastro en el Ayuntamiento de Barcelona de los herederos de la coalición electoral Barcelona pel Canvi-Ciutadans que concurrió a aquellos comicios.

En mayo de 2019, Valls se presentó para ser alcalde de Barcelona, pero las encuestas ya auguraban que la operación no saldría cómo se había pensado: muchos sondeos daban a Valls entre cinco y seis concejales, y acertaron. El exprimer ministro francés logró cerca de 100.000 votos y seis ediles. 

Sin representación

Visto lo que han sacado ahora los herederos de Valls, aquellos resultados fueron una maravilla. Valents, con Eva Parera a la cabeza, se ha quedado con algo más de 15.400 votos (2,31%), y Ciutadans, con Anna Grau, cerca de 7.400 (1,10%). Ninguno de ellos se ha acercado ni por asomo al 5% que se necesita para obtener representación municipal.

La operación Valls para Barcelona impulsada por Rivera se ha ido al garete en un mandato municipal. De aspirar a la alcaldía a no tener concejales. Una retrospectiva en el tiempo confirma que aquella alianza estaba condenada al fracaso: las relaciones en el seno de la candidatura fueron muy malas desde el minuto uno. Las luchas por el poder, las distintas ideologías allí representadas y las divisiones internas fueron una bomba de relojería en la línea de flotación que acabó explotando cuando Valls decidió hacer alcaldesa a Ada Colau en junio de 2019.

Eva Parera, votando el 28 de mayo en las municipales / Foto: Twitter-Eva Parera

La lucha por el número dos

Los problemas en la candidatura fueron numerosos, pero quizá el que mejor ejemplariza el culebrón vivido fue la lucha por el número dos de la lista. Según Eva Parera, Valls la quería a ella -acabó yendo de cuatro-, aunque el político francés intentó fichar a la entonces regidora socialista Carmen Andrés y algún otro cargo del PSC. Valls incluso el día que presentó a Celestino Corbacho como su número tres dijo que la dos de su lista sería una mujer de Ciutadans y de Nou Barris. Todo apuntaba a Noemí Martín, que acabó siendola ocho. Finalmente, Rivera impuso su tesis y la dos fue Mariluz Guilarte, por aquel entonces diputada naranja en el Parlament.

Tras las elecciones, la decisión de Valls de hacer alcaldesa a Colau para evitar que Barcelona tuviera un alcalde independentista, Ernest Maragall, rompieron la pareja Valls-Rivera y, en consecuencia, la coalición electoral. El conflicto entre ambos venía de lejos y había tenido varios encontronazos públicos como cuando Valls afeó a Rivera por haber salido en la foto con Vox en la manifestación por la unidad de España en la plaza de Colón de Madrid en la primavera de 2019.

La investidura de Colau, el punto de inflexión

En la investidura de Colau el 15 de junio de 2019, Valls, Parera y Corbacho votaron a favor de la líder de los comunes. El resto de concejales electos -Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló, todos de Ciutadans- lo hicieron en blanco, y la que fuera coalición electoral Barcelona pel Canvi-Ciutadans se dividió en dos grupos municipales distintos. Todavía quedaba una sorpresa más: a los pocos días, Corbacho abandonó a Valls y se fue con Ciutadans porque creía que tendría más recorrido político.

En el Ayuntamiento, Ciutadans quedó con cuatro concejales -Guilarte, Corbacho, Sierra y Barceló- y Barcelona pel Canvi con dos -Valls y Parera-. Las relaciones continuaron siendo complejas y difíciles en las dos formaciones y acabaron explotando otra vez en 2021: a finales de mayo, Barceló abandonó Ciutadans por las malas relaciones con Guilarte y pasó a ser regidora no adscrita (aunque trabajaba codo con codo con Valls y Parera). Y en septiembre de ese mismo año, Valls anunció que renunciaba a su acta de regidor y volvía a Francia para retomar su carrera política cerca de Emmanuel Macron. La aventura acabó también en fracaso en las legislativas de hace un año y desde entonces Valls se ha apartado de la vida pública.

Con la marcha de Valls, Parera hizo limpieza en el grupo municipal. Algunos cargos cercanos al exprimer ministro se fueron, y la regidora oficializó el giro hacia la derecha constitucionalista de la formación. El cambio tuvo dos episodios destacados: su salto a la política autonómica como independiente en la lista del PP para las elecciones catalanas de febrero de 2021 y la creación de un nuevo partido, Valents, a principios de 2022, que ha sido con el que se ha presentado a las municipales.

Paco Sierra, concejal de Ciutadans

Expulsión de Guilarte

Mientras, Ciutadans, en caída libre en España y Cataluña, como quedó patente en las generales de 2019 y en las autonómicas de febrero de 2021, vivió su episodio más grave en clave municipal el pasado otoño cuando Paco Sierra aprovechó la jubilación de Corbacho para echar de la presidencia del Ayuntamiento a Guilarte con la complicidad de la regidora entrante, Noemí Martín. Guilarte, que por aquel entonces era la alcaldable de Ciutadans, renunció al acta de regidora y se fue a casa. Sierra actuó de espaldas a la dirección del partido y acabó siendo expulsado de Ciutadans. 

Aunque pueda parecer de locos, Sierra sigue al frente del grupo municipal naranja (porque funciona de forma autónoma) y no ha dudado hacerse militante del PP y en apoyar a Daniel Sirera en las recientes elecciones municipales a pesar de seguir cobrando como cargo de Ciutadans.

El resto ya es historia: los resultados del pasado domingo en las urnas fueron claros. Ni Valents ni Ciutadans han obtenido representación en Barcelona y lo que quedaba de la operación Valls ha sido borrado del pleno municipal.

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