Jaume Collboni (derecha) con Salvador Illa, en la Granja Elena / Foto: Twitter-Jaume Collboni

Jaume Collboni, a la tercera va la vencida

El líder del PSC está más cerca que nunca de ser el próximo alcalde de Barcelona

Jaume Collboni asaltará por tercera vez la alcaldía de Barcelona el 28 de mayo. El líder municipal del PSC se presentó por primera vez a las municipales de 2015, donde los socialistas obtuvieron el peor resultado de la democracia (cuatro ediles) y repitió en 2019, donde dobló resultados (ocho concejales).

En tres meses, Collboni tiene ante sí la mejor oportunidad para convertirse en el alcalde de la ciudad en que nació en 1969. Distintas encuestas dan ganador al PSC en dura pugna con Xavier Trias, Ada Colau y Ernest Maragall. Los comicios de mayo son los más abiertos de los últimos 40 años, y unos de los más importantes. 

Collboni incluso puede ser alcalde sin ganar las elecciones. Por ejemplo, si en las urnas se impone Trias y Collboni queda segundo, perfectamente el socialista podría lograr la vara de mando de la ciudad con el apoyo de Barcelona en Comú. Eso sí, siempre que la aritmética lo permita.

Lluís Rabell, el primer fichaje electoral de Collboni / Foto: Twitter Jaume Collboni

Abogado y miembro de UGT

Barcelonés del Baix Guinardó, Collboni es licenciado en Derecho por la Universitat de Barcelona. Forma parte del PSC desde 1994. Entre 1998 y 2005 estuvo en la dirección nacional de UGT, un sindicato en el que impulsó la creación del gabinete técnico en 1996.

Diputado en el Parlament de Catalunya de 2010 a 2014, Collboni se presentó ese año a las primarias socialistas para encabezar la lista a la alcaldía de Barcelona. Se impuso a Carmen Andrés, Laia Bonet, Rocío Martínez-Sampere y Jordi Martí Grau, ahora número dos en la lista de Colau.

En mayo de 2016, un año después de las municipales de 2015, el PSC de Collboni alcanzó un pacto con Colau para gobernar Barcelona. El acuerdo apenas duró un año y medio. El apoyo de los socialistas a la aplicación del artículo 155 de la Constitución durante el proceso independentista llevó a Barcelona en Comú a celebrar una consulta interna para decidir si seguían gobernando con los socialistas. La respuesta de la militancia de los comunes fue de sí a la ruptura.

Pacto y investidura de Colau

En mayo de 2019, las urnas dieron la victoria a ERC, pero la decisión de Manuel Valls de oponerse a que en Barcelona hubiera un alcalde independentista aplanó la investidura de Colau. Tres de los concejales de exprimer ministro francés votaron a favor de la líder de los comunes y Colau fue reelegida por segunda vez alcaldesa con el acuerdo de gobierno ya cerrado entre Barcelona en Comú y PSC.

Colau y Collboni, entre otros, con el trofeo de la Copa América / Foto: Ayuntamiento de BCN

La Copa América, un mérito en gran parte suyo

Colboni ha sido tres años y medio largos primer teniente de alcaldía del Ayuntamiento. En un mandato marcado por el covid y la crisis que se derivó, ha tenido bajo su mando el área económica municipal, que ha aprobado presupuestos récord, como el de 2023 de 3.600 millones, ha ayudado a dar impulso a empresas y autónomos en plena recesión y ha incentivado la colaboración público-privada. 

Mérito en gran parte suyo -y del concejal de Deportes David Escudé- es que Barcelona sea 2024 la sede de la Copa América de Vela, un acontecimiento que tendrá un impacto económico mínimo en la ciudad de 1.000 millones de euros y será seguido por televisión por unos 1.500 millones de personas.

Fuentes muy cercanas al candidato socialista explican la preocupación que siente por las personas mayores que viven solas en la ciudad, alrededor de 90.000. Ya en 2019, anunció, si era alcalde, que crearía una concejalía de Solitud, una idea que podría repescar para el próximo mandato.

A lo largo de estos últimos cuatro años, las relaciones de gobierno entre Barcelona en Comú y PSC han sido tensas. Ha habido muchas cuestiones en la que han chocado, entre ellas el museo Hermitage, la ampliación del aeropuerto de Barcelona, la reforma de la ronda de Sant Antoni, el plan de usos del Eixample -aunque finalmente el PSC votó a favor- y más recientemente la ruptura del hermanamiento de Barcelona con Tel Aviv.

Fichaje de Rabell

Hace pocas semanas, Collboni sorprendió a propios y extraños y dejó el Ayuntamiento para centrarse en la larga campaña electoral. Su salida, sin embargo, no supuso una ruptura del pacto del gobierno con los comunes. A los pocos días, Collboni presentó a su primer fichaje electoral, Lluís Rabell. 

Exdirigente de los comunes en el Parlament, Rabell tiene un amplio conocimiento de Barcelona -no en vano lleva décadas en el activismo vecinal y fue presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona- y fue uno de los impulsores de la candidatura de Colau en 2015. Si Collboni es elegido alcalde, Rabell será teniente de alcaldía y se encargará del Plan de Barrios -que doblará su presupuesto- y del área de Participación. 

El fichaje de Rabell, que podría ser el número tres o cinco de la lista socialista, busca conseguir rédito electoral entre los votantes de los comunes descontentos con Colau, que los hay. Desde el PSC cuentan que el enfado de la alcaldesa por el cambio de chaqueta de Rabell ha sido considerable.

Jaume Collboni y John Hoffman / Foto: Twitter-Jaume Collboni

Laia Bonet podría no ser la número dos

Todo apunta a que Collboni dará un vuelco a su lista y que el nombre de Rabell no será la única sorpresa. Distintas voces del PSC sostienen que Laia Bonet debería ser la número dos, aunque la última palabra la tendrán Collboni y Salvador Illa. El alcaldable podría tener en mente alguien de la sociedad civil, mujer por supuesto, y de ser así se podría presentar en las próximas semanas. El PSC y el propio Collboni han decidido que van dando las noticias a cuenta gotas -primero la salida del gobierno, después el fichaje de Rabell- y parece que seguirán por este camino.

A Collboni le quedan tres meses para ver cumplido su sueño, ser alcalde de Barcelona, con el permiso de Trias, Colau y Maragall. Quizá a la tercera sea la vencida.