El Ayuntamiento descuida la Rambla

Vista del Pla de l'Os con el mosaico de Miró / Foto: Ayuntamiento de Barcelona

El Ayuntamiento descuida la Rambla, la calle más popular de Barcelona

La reforma de esta emblemática vía de Ciutat Vella acumula años de retraso y las obras se podrían alargar hasta 2030, mientras la 'superilla' se ejecuta en nueve meses

El gobierno de Ada Colau y PSC descuida la Rambla, más la primera que los segundos, pero ambos comunes y socialistas gobiernan Barcelona juntos desde junio de 2019. Y ¿por qué digo que la calle más popular de la ciudad interesa más bien poco al Ayuntamiento? Pues porqu la reforma que se ejecuta de transformación tardará más en terminarse que la Sagrada Família. Colau antepone obras urbanísticas ideológicas. Y la Rambla no lo es.

La esperada renovación de la Rambla empezó el pasado 3 de octubre, más de seis años después de que se aprobara el Plan de ordenación del paseo por parte del pleno municipal, en mayo de 2016. O lo que es lo mismo los trabajos se iniciaron más de 2.300 días después de tener luz verde. Cansados, Amics de la Rambla, una entidad de vecinos y comerciantes que defiende el patrimonio material i inmaterial de la Rambla, colgó un contador sobre el Café de la Ópera que denunciaba los días de demora. Y ahí sigue, porque el desinterés municipal es más que evidente.

44,5 millones las obras de reforma

El gran problema ahora, una vez empezada la transformación, es lo que puede durar la reforma. El presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar, se ha cansado de repetir que puede tardar hasta 2030, a razón de un año y medio por cada una de las cinco fases. Sí, como lo oyen. Y será así porque esta remodelación no es una prioridad para el gobierno actual. O sea, que si el gobierno que salga de las urnas el 28 de mayo de 2023 no aprieta el acelerador, habrá obras para años en la Rambla.

Render de la reforma de la Ramba / Foto: Ayuntamiento de Barcelona

Cuando digo que Colau -y también Janet Sanz, responsable de Urbanismo- no tiene a la Rambla entre sus prioridades se explica de forma muy sencilla con un ejemplo: la puesta al día del paseo de Ciutat Vella cuesta 44,5 millones y la construcción de la superilla del Eixample 52,7 millones, avancé el pasado verano en Metrópoli. La primera sigue sin un calendario claro y la segunda estará acabada durante la primavera, tras unos nueve meses de obras, o quizá algo menos. La alcaldesa quiere que esté lista antes de las elecciones. Ya se verá si lo consigue.

18 meses la primera fase de las obras

Con esta situación, la reforma de la Rambla se antoja lenta. La primera fase de las cinco que tendrá -y que ya se ejecuta- durará unos 18 meses, a contar desde el pasado octubre, es decir hasta marzo de 2024. Se está actuando en el ámbito de Drassanes, sobre una superficie de 23.000 metros cuadrados. El trazado de la avenida de las Drassanes se modificará para alargar la Rambla y abrirla al mar con una plaza. Esta fase tiene un presupuesto de 10 millones.

Con posterioridad, quedarán por reformar los tramos entre Santa Madrona y Arc del Teatre, Arc del Teatre y Liceu, Liceu y Portaferrissa y Portaferrissa Canaletes, todavía sin calendario oficial. Se sigue el dibujo elaborado por la arquitecta y exregidora de Ciutat Vella Itziar González, que presentó el proyecto en noviembre de 2018. Hace ya de ello más de cuatro años.

Mayoritariamente sin coches

El futuro de la Rambla pasa por cerrar el tráfico a los coches salvo a vecinos, emergencias, servicios y transporte público. Solo habrá un carril de subida y otro de bajada (de unos 3,5 metros) en vez de los dos que hay ahora, y las aceras ganarán espacio para los peatones, que serán de más tres metros. También se ampliará el paseo central y en los laterales habrá sillas, bancos y árboles.

Imagen virtual de la futura Rambla a la altura de Drassanes / Foto: Ayuntamiento de Barcelona

Tres plazas

La propuesta arquitectónica también prevé tres plazas en la zona de Moja-Betlem, el Pla de la Boqueria y el Pla del Teatre y que desaparezca el asfalto. Se utilizarán como materiales principales piedra natural, pórfido y granito.

La reconversión de la Rambla comportará la desaparición de las antiguas pajarerías, que si no hay contratiempos deberían ser retiradas este año. Y se reubicarán los quioscos de prensa, para que no estén uno en frente de otro, y los de las flores, que estarán en la Rambla de les Flors y en la Rambla de Sant Josep. Algunas floristerías llevan tiempo cerradas, lo que da una imagen de degradación al paseo.

No es el único elemento de dejadez y abandono en la Rambla. Según Amics de la Rambla, el pavimiento requiere una actuación urgente. Todas las cabinas telefónicas están rotas, numerosos elementos del mobiliario urbano y paredes están llenos de pintadas y grafitis y algunas tapas de servicio están en mal estado. La entidad pide un mayor matenimiento de la vía mientras no se ejecuta la reforma, expliqué en Metrópoli hace un año.

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